
La ciudad con sus moles de cemento y calles de asfalto avanza arrolladoramente, pero la naturaleza resiste, sobrevive a pesar de la falta de amor por ella de muchos citadinos.
Diana Balcázar, con un bello lenguaje nos cuenta en estos relatos lo hermoso que es el disfrutar de la naturaleza, y en particular la observación de los pájaros en la ciudad de Bogotá. En textos cortos, escritos con especial gracia, nos habla del tucán pico arco iris (Ramphastos sulfuratus), tingua azul (Porphyrula martinica), mirla negra (Turdus fuscater) y vireo ojirrojo (Vireo olivaceus), búho jaspeado (Rhinoptynx clamator), chorlito patiamarillo chico (Tringa flavipes), caica (Gallinago nobilis), gavilán aliancho y gavilán de Swainson (Buteo platypterus y Buteo swainsoni), búho de cachitos (Asio stygius), degollado (Pheucticus ludovicianus), un águila indeterminada, turpial cabecinegro (Icterus icterus), chirlobirlo (Sturnella magna), cardenal guajiro (Cardinalis phoeniceus) y varios "personajes secundarios".
En las ciudades conviven con nosotros centenares de variadas especies, miles y miles de aves dispuestas a hacernos la vida más dulce y agradable, cuando aprendamos a quererlas en la forma como lo logra la autora.
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